POESÍA A CENES DE LA VEGA, de Antonia Domene Gómez

Mi pueblo, bullicioso, gentil, tradicional
Refugio del forastero.

Tanto te quieren tu hijos
que se pueden comparar,
como el ruiseñor quiere a la fuente,
el tomillo a la retama
y el gorrión ama su libertad.

A la virgen del Rosario,
con la talla tan pequeña y tan morena,
con su niño de la mano,
quien le pudiera llevar,
por las orillas del Genil,
y en el reflejo del río,
viendo la luna pasar.

Cenes con sus montañas,
con tanta generosidad,
por sus venas fluye el agua,
que se abastece Granada.

El aire lleva el aroma,
de ese romero tardío,
a tomillo, mejorana
y a galanes florecidos.


Por:
Antonia Domene Gómez

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